Claudia Bolaños
Y Sepa La Bola… Bien lo dijo la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “lo que aquí se discuta y se debata quedará registrado en los libros de historia de México”, durante la discusión para declarar la inconstitucionalidad de la reforma judicial.
Y así fue, pues su homólogo Alberto Pérez Dayán pasará a la memoria de todos los mexicanos como el “Judas de la Corte”.
Sus argumentos, poco sólidos y creíbles, dan crédito a su desfachatez para frenar el movimiento que pudo preservar la esencia inquebrantable y profesional del Poder Judicial de la Federación.
La votación de hace unos días la tenía ganada la Cuarta Transformación, puesto que encontraron secretos que le permitieron doblegar al ministro Pérez Dayán, quien luego de tanta lucha, combate y resistencia, se puso de rodillas para no aprobar el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá.
No fue un voto a la ligera, ni tampoco su convicción por echar atrás la visión de unos cuantos que manejan el país y que se amparan con sufragios que nada tienen que ver con reformas constitucionales o el cambio de rumbo en el Poder Judicial Federal.
La decisión del ministro Pérez Dayán fue una determinación quirúrgica, pensada y planeada, con quienes se han empeñado en destruir la progresividad y la verticalidad de los que integran el Poder Judicial de la Federación.
Esta decisión dinamitó el movimiento de miles de trabajadores, jueces, magistrados y ministros, que defendieron con sensatez y fortaleza el espíritu que rige en el Poder Judicial de la Federación.
Ha sido tal el repudio contra el “Judas de la Corte”, que incluso en las puertas de su ponencia, pegaron pancartas y mensajes donde le recuerdan la vileza a la que en muchas ocasiones cae el ser humano, y que esta vez tocó a su persona.
Por esta acción, Pérez Dayán tendrá que enfrentar en cada sesión de la Sala a la que pertenece y al Pleno, las miradas y las opiniones no dichas de sus propios compañeros, como el ministro Luis María Aguilar, quien dio muestra de fortaleza, dignidad y compromiso fraterno con el respeto a los derechos humanos y los trabajadores del PJF, a los que agradeció su inquebrantable decisión de defender la independencia judicial.
Y así como Judas vendió a Jesús por tres monedas, Pérez Dayán vendió su dignidad a cambio de no enfrentar algo oculto, que la 4T le tendió para ponerlo de rodillas.
Y Sepa La Bola… pero a algunos de Morena ya les salió la opulencia y no respetando lo dignamente hacia Andrés Manuel López Obrador de austeridad republicana.
El primer ejemplo de Daniel Sibaja, funcionario de Delfina Gómez, quien se caso en octubre, en una boda de 5 millones de pesos y el otro es el alcalde de Álvaro Obregón, Javier López Casarín, quien tiene contratos millonarios para tener seguridad personal.
El alcalde de Álvaro Obregón va a los eventos acompañado de por lo menos 10 escoltas fuertemente armados, en camioneta blindada nivel 7, de esas que cuestan millones de pesos.
Esos dos personajes tiene en común que no conocen los preceptos de austeridad de la Cuarta Transformación y que además tiene de padrino político a Marcelo Ebrard.