viernes, octubre 18, 2024

El eterno viaje del Metro sin mantenimiento

Por José Antonio González

Se tuvo que caer, morir gente y despedazar parte de sus instalaciones para que las autoridades del Gobierno morenista de la Ciudad pusieran atención en que las 12 líneas del Metro debían recibir un poco de mantenimiento, el problema es que los más afectados siempre son los ciudadanos, pues las autoridades en ningún momento utilizan ese sistema de transporte.

Primero fue la Línea 1 del Metro la que se cerró para recibir mantenimiento, pero antes se cayó la Línea 12, muriendo 26 personas, después se despedazó la Línea 9 y así incontables fallas del gobierno morenista en la columna vertebral del transporte en la ciudad.

Durante 4 sexenios, el Metro no recibió una sola gota de reparaciones, y su presupuesto de más de 20 mil millones anuales fue a parar a los bolsillos de decenas de funcionarios que hoy forman parte de Morena y antes fueron de los ultra perredistas.

Hoy una parte de los 5.6 millones de usuarios que diariamente suben al Metro para llegar a su destino sufren un infierno.

La llegada a Pantitlán es interminable, ya que en el tramo de la Línea 9 se encuentra en obras y no hay para cuando terminen, sobre todo en temporada electoral, pues se sabe que el dinero de las obras se cuadriplica y va a parar al tema electoral de la doble C (Clara-Claudia).

Los usuarios temen que al igual que la remodelación de la Linea 1 del Metro tarde más de lo previsto, pues aunque son tres estaciones, es caótica la llegada y los cierres.

El Metro Velódromo es un hervidero de gente, la paciencia no es un denominador común que tengan los usuarios, cuando el gobierno es el que ha fallado siempre, la gran mayoría no se encuentra, quieren llegar a casa o el trabajo.

“En esta fila, llevo más de 20 minutos, pero antes desde que bajé del Metro hasta que me incorporé a esta fila fueron 15, además del recorrido será más tiempo”, dijo Isidro quien vive en Chalco.

El señor que se dedica a la plomería, agregó que ahora llega 45 más tarde, pues “de por sí, el Metro ya se paraba, ahora con recorrer hasta donde está el Metrobús, se pierde mucho tiempo”.

La competencia también llegó afuera del Metro Velódromo, pues microbuses de diferentes rutas hicieron base y tratan junto con taxistas de convencer a los pasajeros a que suban a sus unidades, el micro cobra 8 pesos, el taxi 25 por persona.

“Ya se va, ya se va, ya se va a Panti, ya se va, de este lado se va el micro, súbale, ‘¿ya se llenó?’, no mames, llénalo más” es el diálogo entre el cacharpo y la persona que provisiona la base.

Desesperados, las personas tomaban ya el micro, pues el Metrobús no se daba abasto por lo que los usuarios optaban por tomarlos.

En Pantitlán, los pasillos desbordados de cientos de personas que quieren llegar a su destino, como si fuera tráfico de Paseo de la Reforma o del Eje Central se forman filas y el paso era lento, los pasillos no ayudan al flujo continúo.

Los silbidos suenan, pues quieren salir del CETRAM para buscar el autobús que los lleve a casa.

La Línea amarilla también ayudó de cierta manera a transportar a cientos de personas, pero con varios transbordos.

Issac, decidió dar una vuelta a la ciudad, sabía que la Amarilla era una opción lejana, pero lo intentó. Desde la zona de Etiopía hasta La Raza y transbordó usando el Túnel de la Ciencia.

“Es una hora más en el Metro, tuve suerte hoy, porque la línea verde se tarda mucho, quizá mañana haga los mismo”, indicó.