«Seremos fascistas, pero sabemos gobernar».
Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.
Por Jorge Gaviño
Las elecciones generales de España del pasado 23 de julio han sido las más cerradas en la historia reciente de aquel país. Pese a que la mayoría de las encuestas previas a la jornada electoral, daban una amplia ventaja al Partido Popular (PP) que es de centroderecha, y a VOX, de ideología ultraconservadora y ultranacionalista, para que, pactando entre ellos, alcanzaran los escaños necesarios para formar un nuevo gobierno, esto no sucedió en las urnas.
Los españoles votaron más por los partidos de centroizquierda e independentistas que por los conservadores. Por el bien de la democracia en Europa, la derecha no gobernará España y esto es para celebrar.
Antes de llegar a mediados de septiembre habrá un gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez. En este tiempo, entre el ocaso de la actual administración y el inicio de la próxima, Feijóo, presidente del PP, seguirá insistiendo en intentar la investidura, a pesar de no tener los votos para hacerlo. Los derechistas vociferarán en contra de su propia Constitución al señalar “la anomalía de que en España no pudiera gobernar el partido más votado”, aunque el PP pactó con Ciudadanos (un partido opositor ideológicamente) en 2019 para que Isabel Díaz Ayuso llegara a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
El margen de Sánchez para mantener la gobernabilidad será muy estrecho. Los tiempos han cambiado y el sistema político bipartidista que imperó durante algunos años está roto, tendrá que conciliar con las minorías al interior de su gabinete a fin de evitar una fractura que lo lleve a adelantar las elecciones de nuevo.
El partido Sumar, que antes fue Podemos, vive una crisis de identidad; perdió 700 mil votos en 2023 respecto a los comicios de 2019, su futuro luce incierto producto de que no ha logrado consolidarse, por el contrario, ha venido implosionando internamente.
Peligra el liderazgo de Abascal al frente de VOX, luego de perder 19 diputaciones, propuestas populistas como bajar los impuestos, a cuesta de eliminar la agenda 2030 y a algunos ministerios que refiere son “inútiles” espantaron a los votantes.
De otras partes del continente y al interior de España habrá voces que querrán revivir al franquismo, utilizarán todos los medios a su alcance para fomentar los odios, la polarización y la división entre el pueblo español con el fin de manipularlos para llegar al poder. VOX seguirá apelando a falsos nacionalismos y a la violencia discursiva.
Sánchez deberá dar resultados inmediatos sin dejar de ser cercano con el electorado. No puede olvidar que por siete escaños, la derecha no cantó victoria.
La izquierda debe contestar a los conservadores con la misma gracia y poesía con que lo hizo Ignacio Ramírez, “el Nigromante” a sus detractores, durante la época de la Reforma. «Cuando un perro caminero, pasa por una ciudad, gozques de la vecindad, salen a olerle el trasero; el mastín ceñudo y fiero, seguro de su destino, desdeñando el desatino de la turba que babea, alza la pata, los mea y prosigue su camino».