jueves, noviembre 21, 2024

La lucha de los Libros de Texto Gratuitos por subsistir

Por Jorge Gaviño

«El propósito entero de la educación es convertir los espejos en ventanas».

Sydney J. Harris.

Desde sus primeros días e incluso antes de existir, los Libros de Texto Gratuitos (LTG) sufrieron una serie de ataques por parte de grupos conservadores como la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), el Movimiento Cristiano y algunos integrantes del Partido Acción Nacional. A partir de 1960 se prohibió la venta y la utilización de libros de editoriales particulares en el interior de las escuelas públicas, esto ocasionó la pérdida de varios millones de pesos para las casas editoras que de una manera abusiva y ladina obligaban a los padres de familia a comprar cada año libros nuevos. Con la Creación de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuito (CONALITEG) el Estado asumió la rectoría de la educación, tal como lo señala el artículo tercero constitucional. 

El dos de febrero de 1962 estas agrupaciones realizaron una manifestación en Monterrey en contra de los Libros de Texto Gratuitos, a los que por cierto les auguraron su fracaso. Más de 60 años después los hechos son irrefutables: el conservadurismo estaba equivocado. Hasta antes de los LTG, de cada mil alumnos que entraban a la primaria, solamente uno llegaba a obtener un título profesional. De acuerdo al último estudio hecho por el INEGI en 2018, de cada mil alumnos que entraban a la primaria, 210 llegaban a la universidad.

Cuesta mucho trabajo comprender cómo alguien pudo y puede estar en contra del único medio de acceso a la lectura y al conocimiento del que disponen millones de mexicanos. En muchas casas de nuestro país los únicos libros que hay son los LTG. A lo largo de la historia solamente los regímenes totalitarios y las personas intolerantes han atentado en contra de los libros, para cualquier buen lector son más que un conjunto de páginas con algo escrito. Me atrevo a decir que son amigos y también un puente de comunicación con la divinidad. 

Si hay errores en los actuales LTG se debe de argumentar de una manera constructiva para apuntalar los aciertos y desterrar los errores, ¿en verdad alguien puede querer que los Libros de Texto Gratuito estén mal y desorienten a los estudiantes en lugar de ayudarlos? No hay un libro sin un error, sin errata, inclusive existe un demonio que se popularizó en la Edad Media, después de la Galaxia Gutenberg conocido como Titivillus; a él se le adjudicaban los errores ortográficos en los libros y las equivocaciones en las oraciones a fin de ganar almas para Lucifer. 

Muchos años han pasado desde que Jaime Torres Bodet junto con Martín Luis Guzmán y otros personajes ilustres tuvieron la visión de pensar la educación mexicana más allá de un sexenio, de regalar libros para todos los alumnos del país. La mejor manera de honrar su legado es defendiendo a los LTG de cualquier ataque.