Alberto Woolrich
Existe un principio bien conocido por todos aquellos estudiosos del Derecho el cual dice: lo que no es verdad plena es plena falsedad, no es verdad a medias. Ya Cicerón en su momento lo expresaba de ésta manera “quae non est plena veritas est plena falcitas, non semiveritas”.
Sería para la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C., tarea imposible la de destacar la inmensa multitud de inexactitudes y tergiversaciones referenciadas por Andrés Manuel López Obrador, durante su mandato como Primer Magistrado de la Nación; que a final de cuentas sólo se convirtieron en grandes falsedades, las cuales por consecuencia lógica hicieron fracasar su proyecto de Cuarta Transformación de la Nación.
El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, no pudo, no quiso o no supo cómo llevar a buen término su obra, ello se debió a su total carencia de serenidad y ponderación; nosotros los gobernados no éramos quiénes en obsequiarlas; El Poder Ejecutivo Federal, en estos recientes años estuvo y se mantuvo más cerca de su interés de brindar impunidad a la corrupción, que, a enfrentarla, se confundió pensando le asistía el derecho a protegerla. Ello indigna e inquieta hasta la fecha a millones de mexicanos.
La emoción de Andrés Manuel López Obrador, por mantener su política de “abrazos y besos a la delincuencia” obnubiló su mente, borró su escasa lucidez. Es por ello que mantuvo, defendió y conservó su insana postura enfebrecida hasta el final de su sexenio.
No existe para el observatorio de estudios jurídicos criminales nada más execrable en el ámbito de la justicia, que el degradante objetivo del presidente de los Estados Unidos Mexicanos de consentir y proteger al narco-político que dio inicio a las alianzas con el poder delincuencial, para con ello brindarle impunidad e inmunidad un sexenio más.
Si a lo expuesto aunamos la proclividad y confirmación de los fenómenos de corrupción en el entorno de procuración e impartición de justicia, entonces los estudiosos del Derecho nos encontramos frente a un engendro de complicada complicidad, donde aparecen como responsables y violadores constitucionales el Primer Magistrado de la Nación y el Fiscal General de la República.
La abogacía independiente de la Nación, estima en ese orden de ideas, que al presidente de los Estados Unidos Mexicanos y a la Institución del Ministerio Público Federal, se les olvidó, desdeñaron y postergaron el hecho simplísimo de respetar el espíritu de nuestra Ley de Leyes.
Ante esos hechos de indefectible e inaudita violación constitucional, los perseverantes del Derecho expresamos: el gobierno de la Cuarta Transformación de la Nación no fue de verdad plena, fue, es y será de plena falsedad.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del
Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..